14 de julio de 2016

A la sombra de un Lenin

El martes me mude, afortunadamente, al departamento que llamare hogar durante este año y parte del que viene. Estuve un mes en un hotel, de esos de cadena, un «no lugar». Nada memorable que compartirles, excepto talvez la amabilidad de la gente que alli trabaja, a pesar de tener que aguantar las tonterías del monton de extranjeros temporalmente alli hospedados. Donetsk es una ciudad muy chula. Tiene muchos jardines y parques, hay lagunas artificiales y el rio Kalmius que la atraviesa. Es curioso para mi estar en un lugar tan alejado de influencia gringa o, si prefieren, «occiental». Me es extraño, y he de decir, dificil, porque perdí muchos referentes inmediatos (facilones) pero es un delicioso reto. Muy poca gente (casi nadie fuera del ambito de trabajo) habla español, y mucha menos habla inglés. Ruso es el idioma oficial, y aunque suena muy bello y musical, es sumamente dificil de aprender. Donetsk, e incluso Kiev, no son para nada como yo me las había imaginado: ciudades grises y tristes. Por el contrario, ambas ciudades son vibrantes, a pesar de que en Donetsk muchisima gente se fue, por el conflicto, sigue siendo un lugar lleno de vida. Muchos apartamentos son modernos y bonitos, otros son una oda al kitsch, lindos, pero por diferentes razones. La gente no sonrie mucho, si no te conoce. En particular las cajeras del super (AMSTOR), se me hace que cuando termina su turno las meten en una jaula y no les dan agua ni comida; pinches viejas! Se siente fuerte que no ha habido mucho contacto con extranjeros ; si no hablas ruso, muy poquitos (talvez solo algunos jovenes) haran un esfuerzo adicional por entender que es lo que intentas decir con esas ocho palabras mal pronunciadas, gestos, movimientos de manos, cejas, ojos y suspiros… Pero igual si una trata, se comunica. Pero si te conocen, no solo son sonrientes, son muy amables y bromistas, y tienen un sentido del humor fino. Al menos esta ha sido mi experiencia hasta ahora. Yo tengo suerte de tener mi colega forense que habla español y me da lecciones sobre la cultura rusa, me estoy adaptando mucho mas rapido de lo que pense. La ciudad fue fundada por un empresario Galés, en 1839, que establecio aqui minas de carbon y una planta de acero. Durante de la segunda guerra mundial, la ciudad fue totalmente destruida, y reconstruida despues por mano de obra esclava (dice Wikipedia «Danube swabians» -alemanes etnicos de Hungria, Yugoslavia y Rumania) quienes tambien echaron a andar las minas nuevamente, y casi todos dejaron alli sus vidas. En la epoca sovietica el carbon y el acero fueron los dos pilares para el desarrollo de la region. Esta ciudad no solo era rica (los trabajadores de las minas ganaban en promedio mas que los demas trabajadores, en el regimen sovietico) sino que era muy chula, habia una politica de mantener la ciudad bella, quizas para contrastar con la negrura de las minas, y alimentar el espiritu de la gente. Hay un teatro (drama) muy bello, una sala de conciertos de la filarmonica y un teatro de la opera. Hay un estadio enorme (propiedad de un oligarca que hizo una fortuna absurda en los 90s). Alli se jugaron algunos partidos de la Eurocopa del 2012. Habia aeropuerto pero ya no hay. Todo el centro lo cruza el Boulevard Pushkin, que esta lleno de rosas y fuentes, es muy bello. Al final está el parque del metal, esculturas, visita pendiente. Paralela al Boulevard, la Calle Artema. Esta es la principal via, donde estan los teatros que mencioné, el monumento a los mineros, la Юзовская пивоварня (Yusovskaya Pibobarnya) -Cerveceria Hugues- (muy buena cerveza) y la Plaza Lenin. Opuesto a la plaza, mi edificio. Y a un costado de la plaza, firme el camarada, con su gesto pensativo, viendo cómo la historia se repite mientras la estupidez humana sigue intacta.

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