28 de noviembre de 2017

Un termo con té

Estoy de nuevo en Donetsk (ya desde hace casi un año)... se imaginan. Me fui a Guate unos meses el año pasado, con la ilusion de un trabajo mas cerca, que al final se rompió en pedacitos, como bien le coresponde a las ilusiones. El departamento que les conte el año pasado lo disfruté unos meses nada mas, en invierno se rompió una tubería y se inundó. Vaya lección. Un colega llegó a ayudarme (eran las 10 de la noche, casi toque de queda y en fin, una historia) al final cuando logramos que el agua se detuviera, me dijo "pon en una maleta pequeña lo que necesites, llevate tus cosas valiosas, te mudas al hotel". Y no ven, que finalmente fue un ejercicio hermoso. Tome unas fotos de mis querencias, mis brochas de maquillaje (antes muerta que sencilla) alguna ropa (poca) y mi guitarra. Ya luego de la corredera, tranquila en el hotel, me quede pensando... en realidad, estaba alli casi todo lo que necesito. Ya no quiero andar cargando por el mundo con maletas llenas de nada. Suficiente tengo con andar cargando mis obsesiones. En Junio del año pasado llegué a casa, pensando que esta vez sí, me quedo aquí... tal como pense las tres veces anteriores. Estuve alla cinco meses, bien jodidos, ya hare recuento en otra entrada. Pero estoy de vuelta, en fin, eso era lo que les queria contar. Llegué con el invierno, llegué con la luna llena de Noviembre. Ya casi cumplo un año de estar aquí y por supuesto, extrañando mi casa y a mis amores. A mis colegas les parece simpático que yo cada mañana les haga comentarios sobre la blancura de la nieve. Será que estan tan acostumbrados como nosotros al verde. Es tan bello! Eso si, las patinadas en el hielo no son bellas, ya aterrize un par de veces, qué suerte de tener bastante carnita para amortiguar las caídas. Ahora esta terminando ya el verano, empiezan a cambiar las hojas de los arboles de color y se viene de nuevo el inverno... como si nada. Aquí siguen los trancazos, ya saben ustedes, no puedo extenderme pero, resumiendo, la estupidez humana sigue vigente y tal cual. La otra vez me comentaba un colega que fueron a dejar provisiones a un pueblito que esta cerca de la linea de fuego. Un pueblito en el que quedan menos de cincuenta personas. Que llevan casi dos años durmiendo en los sotanos. Que no se van porque no pueden, son viejitos, enfermos, la gente que de veras sufre en estas situaciones. Llevaron, ademas de las provisiones, termos grandes, uno para cada uno, para que pudieran tener té caliente en sus sotanos. Una viejecita abrazada a su termo, feliz, feliz y sonriendo, porque ahora podra tener té caliente para beber por las noches. Lloró, mi colega. Lloré yo un poquito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo tambien llore un poquito con lo de las abuelitas y el termo de te
fuerza amiga