17 de agosto de 2008

A la feria de Jocote... de Jocotenango voy
Raúl, un músico que conocí tenía una cancioncita para niños que empezaba así....
El viernes 15 se celebró el día de la patrona de nuestra ciudad, la Virgen de la Asunción. Entonces, como en todos los lugares de Guate, se hace una fiesta-feria en las calles y una procesión el mero día, pero la neta del planeta, la feria es a lo que la mayoría le pone coco.
Así que el viernes, aprovechando que tuvimos feriado, nos juimos a la feria pue, con Miguel, Miguelito y Camila.
Un poco difícil describir la mezcla de olores, sensaciones, sonidos, sabores, imágenes que hacen que las ferias en Guatemala sean fantásticas. Primero, mundos de gente, diría el lugar común, yo diría mas bien cientos de personas, familias enteras, viejitos con sus esposas viejitas, de la mano yo mas creo que para no caerse, niños y niñas de todos los tamaños, señoras bien emperifolladas, con sus canelones y sus vestidos de flores, señores con sus botas de vaquero bien lustradas, otros con la miseria expuesta, pero comiendose un elote loco con una gran sonrisota en los labios.
Infaltables los puestos de comida, uy a ver si me acuerdo de todos: algodón (rosado y esponjadito, como un trozo de nube en un palito), plataninas, churros (ahora modernizados "con leche condensada, o chocolate cuic"), garnachas (tortillitas fritas con carne de quien sabe qué, repollo y salsita) enchiladas (versión chapina: tostada con una hoja de lechuga, curtido, carne molida -de quien sabe qué- queso duro y una rodaja de huevo cocido) valientes aquellos que se animan a comer enchilada mientras caminan!, buñuelos, moyetes, torrejas y un montón de lugares donde venían almuerzos mi reina que va´querer hay caldoegallinapepiancaldoderes tortitaspollo dorado... en fin. Lo que creo que es bastante nuevo son los puestos tacos a tres por diez y las tortillas de harina, que son enoooormes y las rellenan con carne y salsa y quesillo y he de decir que me comí una, no ahora sino la otra vez, en la feria del cerrito del carmen, y no me morí, ni siquiera me dio dolor de panza. En esos puestos vi a un par de gringos que les faltaba mandíbula para abrir la bocota comiendose sus tortillonas, que valientes. El infaltable puesto de licuados de frutas y chocomil ah que rico el chocomil, de ese si os rempujamos uno Miguel y yo.
Y algo rico, ni siquiera tiene uno que decidir a donde va, solo se pone donde va el rio de gente y se deja llevar, moviendo los pies al ritmo de toda la gente, va avanzando y luego uno decide en donde se sale del río para la orilla donde están los juegos. Los juegos son fabulosos. Hay tiro al blanco, infaltable, pero versión chapina: una hilera de puestitos donde cada uno tiene una especie de escena, un rotulo encima diciendo quien va a sonar y encima una estrella de metal que es a la que uno le tira. Si le da, cae la estrella y activa la musica, por ejemplo habia de los tigres del norte, donde los tigres están vestidos con trajes bien chileros, los tigres son muñecos Ken y hasta tienen su corista que es una barbie bien mechuda. Hay regetton, chente, bandas, románticas; y usan cualquier muñequito para ambientar, desde barbies hasta osos de peluche. Bien chingon. A cinco el tiro. También hay otro tiro al blanco que es con dardos a una rueda que tiene pegadas las estampitas de la lotería.
Y jugamos lotería! Que emoción jugar lotería muchá, aunque sepa uno que se va a ganar una bolsa con seis vasos de plástico del tiempo de Tata Lapo. Un señor que la cantaba y yo me acordaba de como me la enseñaron a mí, el sol cachetes de gringo, el negrito calzon rayado, el soldado, la muerte quirina que andando se orina, el tambor, la botella, el catrin, marcando con granos de maiz en un carton pegado a una tablita. que bonito.
Habia un juego que me hizo reir mucho, no sé por qué, era un puesto pequeño con muchos regalos en bolsas plasticas sobre una mesa, amarrados con cinta de cañamo que iban hacia arriba y se juntaban todas en una maraña. Tenía un rótulo escrito a mano sobre una cartulina que decía así: "Juego de Jalar Pitas". Y claro, qué otro nombre podía tener?
También habían de cazar con aritos plásticos los cuellos de las botellas, uno de pescar que hace muchos años no miraba, donde tiene una especie de mesa con un doble fondo, llena de agua y con un motorcito que produce corriente, y pececitos, ranas y tortugas de plástico con un agarrador de metal, que con la corriente van girando, girando, la caña que le dan a uno es un palito con una pita y un imán.
Después de pasar todos estos juegos llega un a donde están los juegos mecánicos. Ah que chingonería. Ruedas de Chicago y Sillas Voladoras hechas de lata y accionadas a mano. Ruedas de Chicago grandes que realmente quienes se suben, los tienen bien puestos.
También versiones en pequeño y baratas de los grandes juegos que hay en las ferias popis, incluídas aquellas que giran sobre sus ejes y queda uno de cabeza. Habia uno que eran unas como jaulas redondas donde van dos personas sentadas una frente a la otra, que están colocadas sobre una base redonda también, entonces gira la base y giran las jaulitas. A ese me subí cuando tenía como diez años y sentía que era como uno de esos juegos que salían en la tele.
Y así se les miraban las caritas a todos los que iban subidos en estos juegos, no importa si era una cosa tan simple y tan chiquita, con una emoción! que divertido. Que rico poder ser feliz con algo así.
Vamos a la feria!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué lindo relato Lula! Me encantó. Acá no tenemos de esas ferias pero me has dejado pensando acerca del disfrute de las cosas más simples. No sacaste fotos?
Gracias!

Alicia

Anónimo dijo...

me emocionaron los comentarios, vinieron a mi memoria recuerdos cuando mis madres con sacrificio pero con alegria llevaban a 8 patojos a la feria con la advertencia de no pedir mas de lo que se podia, y todos contentos en camioneta. Gracias mi linda.

latere