2 de marzo de 2007

LA CHANCLETAS DE SYMES

Meses y meses de silencio pero hoy hago un tiempito y me decido a escribir, gracias al recordatorio de mi querida amiga uruguaya, que bonito saber que al menos una persona en el mundo lee mis comentarios. Antes de este publique el anterior que se había quedado como borrador, y era solo una notita. Pues ahora les contare que acabo de regresar del encuentro de la asociacion americana (o sea gringa) de ciencias forenses. Interesante la cosa, sobre todo porque conoci a algunas "vacas sagradas" y finalmente si, son humanos como yo y como ustedes. Siempre es fascinante entrar en esos pequeños mundos donde los academicos hablan y hablan con tanta propiedad de cosas tan fumadas como cuerpos destazados y gente colgada de vigas y otras asi de lindas. Me convenzo cada vez mas de que los gringos estan locos y son raros. Me quede en casa de un amigo asi que tenia que tomar el bus todos los dìas, hacer un recorrido por las calles de San Antonio y ver cada personaje! no niego que a veces me daba miedo, pero luego me acordaba de las calles de Guatemala que no se quedan atras, es mas, son de alto riesgo!
Y bien, para no darle mas vueltas al asunto, les he de contar que una mañana estaba yo alli muy propia, sentadita en el salon donde eran las presentaciones de la seccion de antropologia, cuando entra Steve Symes, el antropologo experto en traumas, y se sienta a mi lado. De repente me fijo yo que llevaba sus chancletas, de esas que se usan para salir de la piscina, que generalmente son de goma y huelen a rayos. Sin calcetines iba el hombre, y como a los cinco minutos, se las quitó y se empezó a rascar su piecito asi como quien no quiere la cosa. Ay Dios, yo queriendome portar seria y se me pone enfrente tremendo cuadro. Que voy a hacer, luego nos atacamos de risa con los colombianos recordando las chancletas de symes, ademas de pasar una tarde en un supermall estilo tejano (gigantesco) viendo gentes pasar (algunas también gigantescas y que segun mi querido Andres, parecen sofás. Finalmente que voy a hacer, cada encuentro de estos me pone a reflexionar sobre lo infinítamente pequeños que somos y lo que nos complicamos la vida los seres humanos, queriendo tener todos una parcelita de poder, una ilusión de que controlamos algo. Eso sí, la lección aprendida, nuevamente, es que como los latinos, no hay!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todavía me acuerdo que te conocí en Tejas, sólo que fue en Dallas.
También me acuerdo de las chanclas de Symes, y siempre me he preguntado si tiene el closet lleno de diferentes pares de chanclas, con diferentes diseños y colores o si son siempre las mismas! Pero rascarse, no, eso no lo había visto, ja ja. Tu comentario me provocó nostalgia de verlos a todos ustedes, tanta gente querida de tantos países diferentes y que gracias a los congresos uno cultiva su amistad.
Con respecto a los gringos, yo estoy en la etapa del regreso que implica extrañar algunas cosas de esta gente loca y rara. Es duro irse y duro regresar.
Alicia